5 mar 2013

Libros y bebés ¿tiene sentido?


El primer contacto entre el bebé y el libro

Generalmente, no prestamos atención a la importancia que puede tener el primer contacto entre el bebé y el libro. En la mayor parte de los casos, ni siquiera nos planteamos que ese primer contacto, tenga lugar a una edad tan temprana. Los padres, habitualmente, esperamos a que El niño cumpla al menos un año o incluso dos para introducirles en el mundo del libro.

Es fundamental que pensemos en estos primeros contactos como algo realmente importante para nuestro bebé.

Estamos hablando de algo tan serio, como colocar las primeras piedras que formarán parte de la evolución en la función lectora de ese niño y de su gusto y disfrute por la lectura.

Cuanto mayor sea el contacto del niño con el lenguaje, tanto hablado como escrito, durante estas primeras etapas de la vida, considerablemente mayores serán las posibilidades de éxito con la lectura.

¿Dónde y cómo deberemos realizar los primeros contactos del bebé con el libro?

Sería interesante que buscáramos un rato en el día a día del bebé, para dedicarlo al libro. Está actividad debería convertirse en rutinaria.

Podemos aprovechar los momentos de tranquilidad, en los que nosotros también estamos relajados, para disfrutar sin prisa de nuestro bebé, acompañados del libro.

Podríamos quizá utilizarlo para distraerle mientras come, también sería un lugar adecuado mientras está en el baño o como parte de uno de los momentos de juego.

Sin duda, el momento preferido suele ser el ratito antes de dormir. Es el rato en el que nosotros estamos más relajados y el bebé puede disfrutar de toda nuestra atención, cariño y ternura. Seguramente, si se toma como hábito, este momento será para vuestro bebé uno de los momentos más esperados del día.

Cuando vayamos a realizar la actividad con el libro, deberemos observar cómo está el bebé. Si estuviera cansado o poco receptivo, será mejor dejarlo para otro momento. Si durante la actividad observamos que el bebé se cansa, no deberemos alargarla por más tiempo para que no se sienta incómodo con el libro.

Asimismo, deberemos observar cuáles son las páginas que más le gustan, para detenernos más en ellas.

Podemos permitir al bebé que nos ayude a sujetar el libro, si vemos que éste lo intenta, siempre que le dejemos sujetar la parte más ligera y que no le produzca ninguna incomodidad.

También deberemos permitirle intentar pasar las páginas cuando él demuestre que lo desea.

Si el bebé en sus juegos, estropeara el libro, nunca deberemos reñirle. Le indicaremos con cariño que el libro hay que cuidarlo y quererlo.

Al bebé le resultará divertido que utilicemos distintas voces y sonidos para referirnos a los personajes. Estos sonidos los realizaremos de forma suave y nunca los acompañaremos con gestos bruscos.

Deberemos cuidar con máxima atención estos primeros contactos. Si el bebé encuentra la actividad que realicemos con él, utilizando el libro como soporte, como algo grato, estará deseando repetir la experiencia. Si esta no le ha gustado, se ha aburrido o le ha dado miedo no querrá repetirla.

Los libros del bebé los colocaremos en un sitio visible, para que él pueda, en un momento dado, solicitarlos.

Nunca los mezclaremos con los juguetes, para que quede clara la diferencia entre el juguete y el libro. Los dos deben de ser agradables y divertidos para el bebé, pero hay que mostrarle desde un primer momento su diferencia.

¿Cómo deberán ser los primeros libros que mostráremos a nuestro bebé?

Realmente, sería interesante que el primer contacto con el libro se realizará, en cuanto el bebé fuera capaz de juguetear con algún objeto entre sus manos.

Existen en el mercado libros de tela o plastificados, blanditos y sin puntas e incluso libros especiales para jugar en el baño.

En cuanto el bebé sea capaz de fijar correctamente la vista y ademas sujete fácilmente su cabeza, ya podremos empezar a mostrarle libros de cartón grueso con ilustraciones.

Estas ilustraciones deberán resultarle atractivas, tanto por su color como por su forma. Las ilustraciones deberán ser muy sencillas para que el bebé las pueda reconocer con facilidad.

Para comenzar, sería interesante un libro con ilustraciones de figuras individuales, sencillas, bien definidas, con colores vivos y atractivos, sobre un fondo de color liso. Las ilustraciones deberán mostrar imágenes dulces y amables.

En esta etapa, también podremos introducir el libro-juguete. Libros con sonidos onomatopéyicos o cancioncitas. Estos sonidos no deberán ser nunca estridentes para no asustar al bebé.

Si seguís estas pautas esos momentos con vuestros hijos y los cuentos se convertirán en mágicos.

En el colegio, El niño, no aprenderá a leer hasta los cinco o seis años, pero no le hará falta la lectura para empezar a disfrutar de los libros.

En un principio el bebé te necesitará como mediador hasta que él quiera y pueda hacerlo de manera autónoma.

Anímate a entrar en el mundo de la fantasía con tu hijo. Hazlo no sólo por él, sino también por ti.

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